Todo es cuestión de hábito
Un hábito es una conducta que se repite de manera regular. Los hábitos se crean, no se nace con ellos, y con ellos construimos nuestra forma de ser, pero pueden ser modificados. Hay hábitos en salud beneficiosos y otros que son perjudiciales.
Mantener un estilo de vida saludable, con hábitos beneficiosos te ayudará a un buen control de tu enfermedad, a reducir la posibilidad de desarrollar patologías y a mejorar tu calidad de vida.
1. Evita sustancias tóxicas como el tabaco
Dejar de fumar es cuestión de hábito
- Al año mueren por enfermedades relacionadas con el tabaco unos 8 millones de personas en el mundo: cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias como el EPOC.
- El tabaco en la enfermedad de Crohn supone el mayor factor de riesgo externo conocido para el desarrollo de la enfermedad. Aumenta el riesgo de formas complicadas de la enfermedad, disminuye la respuesta a los tratamientos e incrementa las necesidades de cirugía. En la colitis ulcerosa, parece tener un papel protector, pero no hay que dejar a un lado la idea de que el tabaco tiene efectos nocivos sobre otros órganos del cuerpo. Los profesionales de la salud consideramos que los riesgos de fumar sobrepasan los “beneficios” publicados en relación con el tabaco y la Colitis Ulcerosa, no justificando la exposición al tabaco en este caso tampoco.
- Lo más importante es estar motivado: querer dejar de fumar. En tu unidad te pueden ayudar o derivar a unidades de tabaquismo.

Evita la ingesta de alcohol
Tomar alcohol no es necesario ni beneficioso en ningún caso.
Se debe evitar el alcohol, especialmente, en las etapas de brote de la enfermedad, porque es irritante de la mucosa intestinal. En periodo de remisión se puede tomar, si se tolera bien, pero siempre de manera ocasional y en pequeñas cantidades.

2. Mantén una adecuada ACTIVIDAD FÍSICA
Hacer ejercicio con regularidad mejorará tu salud ; puede ayudarte a reducir los niveles de fatiga habituales en EII, mantener tu cuerpo en forma y prevenir otros problemas de salud. Está demostrado que el deporte contribuye a mejorar el bienestar psicológico. En momentos de brote, si sueles realizar una actividad física intensa, se aconseja disminuir la actividad deportiva, o realizar ejercicios muy suaves o de bajo impacto, ya que el descanso y el reposo físico en general favorecen el reposo intestinal.
Recuerda que :
- Realizar ejercicio físico siempre es beneficioso, también en la EII.
- Mejora la densidad mineral ósea, la calidad de vida y nuestro estado de ánimo. No empeora la evolución de la enfermedad.
- En determinados momentos, de brotes, anemia, desnutrición, el ejercicio ha de adaptarse, pero ayuda a mejorar la atrofia muscular sobre todo si se toman corticoides.
- Se puede realizar cualquier actividad deportiva, adaptada a la edad, comorbilidad y limitaciones de cada persona.
Si necesitas más información puedes ir a la sección específica de actividad física en nuestra web.


3. Se prudente con la exposición solar
La radiación ultravioleta está claramente relacionada con la aparición de tumores en la piel y reacciones de fotosensibilidad a fármacos (la mayoría de los fármacos que se usan en la EII son fotosensibles).
El riesgo de tumores en la piel está incrementado en pacientes bajo tratamiento con fármacos inmunosupresores.
Recuerda seguir una serie de precauciones:
- Toma el sol siempre que puedas pero con precaución. Evita tomar el sol en las horas centrales del día que son las de máxima radiación, entre las 12:00 y las 16:00.
- Usa prendas de vestir como camisetas, gorros y gafas para protegerte del sol.
- Evita las cabinas de bronceado.
- Utiliza cremas de protección solar alta, Para que los protectores sean efectivos debes seguir las siguientes pautas:
- Usa la cantidad suficiente cubriendo toda la superficie corporal.
- Aplica los productos siempre con la piel seca. Si la piel está mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
- Realiza la primera aplicación al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
- Durante la exposición solar reponga el fotoprotector después de cada baño prolongado (más de 20 minutos) o cada dos horas.
4. Sigue una dieta saludable
- Sigue una dieta mediterránea variada y equilibrada, sólo debes eliminar aquellos alimentos que sistemáticamente te sienten mal o si te diagnostican alguna intolerancia alimentaria.
- Realiza como mínimo unas 4 o 5 comidas al día con horarios regulares.
- Sólo es necesario adaptar la alimentación en los momentos en los que la enfermedad se encuentre activa (brote). Los ajustes y restricciones en la dieta suelen ser temporales y muy individuales.
- Sigue las directrices nutricionales del plato de Harvard y conoce la proporción de nutrientes que deben componer nuestro plato.

- Evita el sobrepeso y la obesidad.
- Modera el consumo de alcohol.
5. Intenta mantener un ritmo correcto de sueño y tranquilidad
Lo habitual es que un adulto se sienta descansado con dormir entre 7,5 y 8 horas al día. En ocasiones este descanso y sueño nocturno no es lo reparador que debiera y puede verse dificultado por unos malos hábitos, medicaciones e incluso los síntomas propios de la enfermedad, sobre todo cuando ésta se encuentra activa. La reducción de las horas de sueño provoca efectos negativos en nuestro organismo, aumentando la sensación de cansancio y disminuyendo la capacidad de recuperación del propio cuerpo. Durante los episodios de brote se debe ser más riguroso con el descanso.

Normas para conseguir un sueño reparador
- Lleva una vida con horarios regulares para acostarse y levantarse todos los días.
- No utilices la cama salvo para dormir (o actividad sexual), evitando situaciones que impidan el sueño (películas de miedo, acción, etc.).
- Practica ejercicio regularmente.
- Siestas de no más de 20 – 30 minutos. Si tienes problemas para conciliar el sueño evita dormir la siesta y levántate a la misma hora cada mañana.
- Cenas ligeras. Procura no comer chocolate ni grandes cantidades de azúcar antes de ir a dormir.
- Evita el exceso de líquidos antes de acostarte.
- Elimina sustancias excitantes (café, té, tabaco o alcohol).
- Desconectar aparatos tecnológicos, mejor leer un buen libro hasta tener sueño que estar con el móvil o el ordenador en la cama.
6. Cuida tu vida sexual
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) a menudo provoca cambios en la percepción de la salud y, en ocasiones, deteriora la función sexual de los pacientes que la padecen. Aproximadamente un 30% de los hombres y un 47 % de las mujeres presentaron un empeoramiento del deseo sexual y de la satisfacción después del diagnóstico.

Recuerda:
- La mayoría de las disfunciones sexuales son de causa psicológica.
- La clave para una buena relación es la comunicación y la confianza con la pareja.
- Disfruta del tiempo libre en pareja.
7. Evita el aislamiento social, conecta con tus seres queridos
Rodéate de las personas que te dan buenas vibraciones, habla y ríe con ellas, expresa tus sentimientos. Las emociones negativas se concentran y nos hacen daño. Dar vueltas a nuestras preocupaciones como la ropa en una lavadora no nos va a llevar a ninguna solución. Hablar de nuestras emociones y nuestras preocupaciones con alguien de confianza es liberador, y puede ayudarnos a encontrar soluciones donde antes no las veíamos.

8. Cuida tu ocio, aprende a relajarte, haz cosas con las que realmente disfrutes
Bailar, leer, hacer yoga, bricolaje, practicar una actividad placentera. Tus preocupaciones pasarán a segundo plano en esos momentos.

