Oftalmología
La Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis ulcerosa (CU) son enfermedades sistémicas que pueden afectar a otros órganos o tejidos del cuerpo, y entre ellos a los ojos. Las manifestaciones oculares pueden coincidir de manera simultánea con otras manifestaciones extraintestinales, como la artritis o el eritema nudoso.
Los síntomas oculares suelen ser inespecíficos (ojo rojo, sensación de cuerpo extraño, dolor ocular, etc.) y deben siempre tenerse en cuenta, ya que en algunas ocasiones pueden preceder al diagnóstico de la EC y la CU. En estos casos, sería necesario realizar una exploración oftalmológica completa, ya que las estructuras oculares comprometidas son muy variadas, no existiendo ninguna afectación ocular específica de la EII.
¿Con que frecuencia suelen aparecer?
Las manifestaciones oculares de la EII son poco frecuentes, apareciendo en menos del 10% de los casos.
La edad de presentación de estas alteraciones puede ser variable, aunque suele ser más frecuentes en adultos jóvenes, principalmente mujeres.
El tipo de EII también condiciona la probabilidad de presentar alguna alteración oftalmológica, siendo éstas más frecuentes en la CU. Sin embargo, la EC, sobre todo cuando afecta el colon o la presencia de complicaciones en la zona perianal, es la que juega un papel determinante en la aparición de uveítis y escleritis (alteraciones oftalmológicas más importantes).
Tipos de manifestaciones oculares
1. Lesiones oculares asociadas a la EII
Las manifestaciones oftalmológicas forman parte de la propia EII compartiendo los mismos aspectos inmunológicos y genéticos.
El origen concreto de las manifestaciones extraintestinales de la EII y concretamente de las oculares, no es del todo conocido. Actualmente, existen varias teorías sobre su aparición, una de ellas propone que pueden deberse a una pérdida de la capacidad que tiene el intestino de actuar de barrera selectiva frente a la entrada en la circulación sanguínea de agentes potencialmente dañinos para el organismo, lo cual puede provocar que estos agentes “viajen” y se localicen en otras partes del cuerpo, como el ojo, y desencadenar en esa zona una respuesta inflamatoria; mientras que otra de las teorías apunta a que las manifestaciones extraintestinales se deben a un desbordamiento de la respuesta inflamatoria originada en la mucosa intestinal hacia otras zonas anatómicas del organismo. A las alteraciones oculares originadas se las conoce como alteraciones primarias, y entre ellas podemos encontrar la epiescleritis, escleritis, uveítis, conjuntivitis, y el edema macular.
2. Lesiones oculares secundarias consecuencia de los tratamientos o la malnutrición
Además de las alteraciones primarias, podemos encontrar con otras alteraciones oculares, como las cataratas, la disfunción del lagrimal, etc. que pueden aparecer como resultado de la presencia de la malnutrición asociada a una absorción intestinal deficiente o guardar relación con los fármacos empleados en el tratamiento de la EII.
Entre los fármacos que pueden estar relacionados con la aparición de alteraciones oculares, podemos destacar:
- Esteroides: Pueden causar la aparición de cataratas o glaucoma.
- Anticolinérgicos: Asociados en ocasiones con dilatación pupilar.
- Ciclosporina: Relacionada con la aparición de neuropatía óptica (pérdida de funcionalidad del nervio óptico con disminución de visión y reducción del campo visual), oftalmoplejía (pérdida de capacidad de movilidad voluntaria del ojo) y nistagmo (movimiento incontrolado e involuntario del ojo).
- Anti-TNF: De manera muy ocasional el tratamiento con anti-TNF se ha relacionado con la aparición de neuritis óptica.
¿Qué tipos de alteraciones podemos encontrar?
MANIFESTACIÓN OCULAR | ESTRUCTURA OCULAR AFECTADA |
Blefaritis | Párpado |
Dacrioestenosis, hiposecreción lagrimal | Sistema Lagrimal |
Conjuntivitis, ulceraciones conjuntivales | Conjuntiva |
Queratitis, úlceras corneales | Córnea |
Celulitis orbitaria, exoftalmos, miositis | Órbita |
Escleritis y Epiescleritis | Esclera |
Uveítis | Úvea |
Trombosis arteriales retinianas, hemorragias | Retina |
Neuritis | Nervio Óptico |
EPIESCLERITIS
La episclera es una de las capas que forma parte de la esclera del ojo (capa más externa del ojo, comúnmente denominada “blanco del ojo”) , concretamente su capa más externa. La inflamación de la episclera suele coincidir con un brote de la enfermedad y en la mayor parte de los casos, desaparece con el tratamiento empleado para la misma.
Los signos y síntomas de la epiescleritis suelen ser el enrojecimiento ocular, la presencia de dolor, la sensación de irritación o quemazón y el lagrimeo. Por lo general, no suele acompañarse de pérdida de visión, ni fotofobia, ni reactividad anormal de la pupila (reacción de la pupila a los cambios de luz).
El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas oculares. Los colirios antiinflamatorios no esteroideos combinados con el tratamiento de la enfermedad intestinal suelen ser útiles en la epiescleritis.
ESCLERITIS
La escleritis es una afectación ocular más grave que la epiescleritis, debido a que puede causar una reducción de la visión.
Los síntomas y signos característicos de la escleritis son, el dolor ocular intenso que aumenta a la palpación del ojo y la presencia de dilatación intensa de los vasos. El aspecto del globo ocular afectado por escleritis, es de enrojecimiento intenso (casi violáceo), con vasos más rojos y engrosados; mientras que en la epiescleritis el globo ocular mantiene en mayor o menor intensidad su coloración blanquecina y los vasos están menos rojizos y engrosados.
El tratamiento consiste en el propio tratamiento de la enfermedad, combinado con corticoides sistémicos, anti-inflamatorios no esteroideos (AINE) o inmunosupresores, con el objetivo principal de evitar la pérdida de visión.
UVEÍTIS
Es la inflamación de la úvea (capa situada por debajo de la esclera o “blanco del ojo”, en la que se encuentran gran cantidad de vasos sanguíneos).
La uveítis suele estar relacionada con la EII y aparece durante los brotes de la misma, durante los períodos de remisión e incluso antes de que se haya diagnosticado la propia enfermedad. Algunos pacientes con EII, pueden presentar uveítis asintomática o al revés, pacientes con uveítis tener lesiones endoscópicas intestinales que hasta ese momento no habían dado síntomas. Esta afectación ocular, suele presentarse conjuntamente con otras alteraciones extraintestinales en piel y articulaciones.
Las uveítis, con más frecuencia si no son tratadas, pueden dar complicaciones a largo plazo como consecuencia del proceso inflamatorio: adherencias que pueden causar glaucoma secundario (enfermedad ocular caracterizada por un aumento de la presión intraocular con defectos en el campo visual y pérdida progresiva de visión) o catarata (enfermedad ocular que produce pérdida progresiva de visión, como consecuencia de la opacidad del cristalino por acumulación de células muertas). También pueden producirse alteraciones permanentes en la pupila y otras disfunciones visuales.
El tratamiento se basa en la aplicación de esteroides tópicos. Aunque también puede ser necesario asociar esteroides o inmunosupresores sistémicos. En casos de gravedad extrema, uveítis refractarias al tratamiento, se ha tenido que realizar incluso, resecciones intestinales.
El tratamiento se basa en la aplicación de esteroides tópicos. Aunque también puede ser necesario asociar esteroides o inmunosupresores sistémicos. En casos de gravedad extrema, uveítis refractarias al tratamiento, se ha tenido que realizar incluso, resecciones intestinales.
En caso de sospecha de uveítis, es importante acudir al oftalmólogo/a.